Martin Seligman (WIKIPEDIA) realizó un experimento que llamó "indefensión aprendida" , donde exponía a dos perros, encerrados en grandes jaulas, a descargas eléctricas aleatorias y ocasionales, uno de los perros podía accionar una palanca con el hocico y así detener la descarga eléctrica, mientras que el otro no podía hacer nada, las descargas eran iguales para los dos perros (duración, intensidad...), lo peculiar era que cuando el primer perro accionaba la palanca también su compañero dejaba de recibir la descarga.
¿Cuál era el efecto psicológico en estos animales? El comportamiento del primer perro era normal y su estado anímico también, pero el segundo perro permanecía quieto, asustado..., incluso cuando se cambiaron los papeles y este segundo perro tenía la palanca para acabar con la electricidad, se volvió incapaz de hacerlo y seguía recibiendo descargas sin hacer nada para evitarlo.
"Un sujeto aprende a creer que está indefenso, que no tiene ningún control sobre la situación en la que se encuentra y que cualquier cosa que haga es inútil. Como resultado, la persona permanece pasiva frente a una situación dolorosa o dañina, incluso cuando dispone de la posibilidad real de cambiar estas circunstancias."
Aplicando esta teoría al mecanismo de la depresión: en este estado depresivo percibimos nuestra situación como dolorosa y no podemos ver ninguna solución, solo nos sentimos mal y no "podemos" hacer nada para cambiarlo, con el razonamiento nublado las opciones que en otro estado serían obvias se nos escapan.
No todos los perros del experimento de Seligman, ni siquiera los animales posteriores objeto de este experimento realizado en los 60 se volvieron depresivos, algunos consiguieron salir de ese comportamiento, en los seres humanos estaría relacionado con el OPTIMISMO, que permite ver ese estado como no permanente.
Si hemos fallado en algún objetivo, profesión o actividad podemos deducir erróneamente que no tendremos éxito en el futuro y pensaremos que las cosas están fuera de nuestro control, así que no nos sentiremos responsables de nuestras vidas, creando un estado de indefensión y sumisión
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